Muriel es una cerda rescatada de una granja de gestación.

En Febrero conocimos el caso de Muriel, una cerda de gestación que había quedado inválida e iban a desechar. La compasión hizo que uno de los trabajadores quisiera una vida mejor para Muriel y se negara a verla morir. Nos separaban más de 500 km de Muriel, pero tras un largo viaje conseguimos traerla al Santuario.

Muriel ha sufrido cinco años de explotación y siete partos. El último parto fue 3 semanas antes del rescate y varios de sus bebés nacieron muertos. Los ganaderos tuvieron que sustraerle los cuerpos sin vida de sus bebés. Muriel sufrió una hipocalcemia post-parto, y ya no podía caminar, ni tan siquiera se mantenía en pie.

Llevaba semenas tumbada en el suelo de cemento de la granja, consumiéndose, enfermando cada día más. Deshidratada, si comer ni beber. Pero resistiendo con su cuerpo lleno de úlceras, esperando el momento en que llegáramos a por ella.

Al final pudimos traerla, pero estaba muy enferma y a penas le quedaba un hilo de vida. La llevamos al veterinario de urgencia y conseguimos estabilizarla.

Muriel lleva 6 meses en el Santuario recibiendo atenciones y rehabilitación. Hemos conseguido una silla de ruedas a medida para ella y ya ha empezado a dar sus primeros pasos, pero es un proceso lento debido a que ha perdido mucha masa muscular y pesa más de 200 kg.

Muriel no ha perdido la esperanza y cada día, cuando acudimos a darle el desayuno, nos saluda con alegría y parece sonreír. Para Muriel la vida eran unas paredes de hormigón, un suelo duro de cemento, golpes, gritos, bebés robados. Ahora está descubriendo que la vida puede ser mucho más maravillosa de lo que ella había conocido. Que hay manos que acarician y labios que susurran palabras con cariño. A Muriel le arrebataron a más de 50 bebés para llevarlos al matadero. Desde los barrotes de su jaula no pudo impedir que se los llevaran.

Muriel está descubriendo que, a pesar haber sufrido tanto, tiene muchos motivos para seguir viviendo. En Santuario Compasión Animal nos esforzamos para que Muriel conozca la felicidad.

Amadrina a Muriel

Esta es la triste historia de Muriel.

Muriel conoció a la pequeña Violeta, que le hizo compañía durante muchas semanas.

Muriel por fin ha estrenado su silla de ruedas.

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